Hola a todos! Mucho se habla últimamente de las certificaciones energéticas, que si pueden suponer un poco de aire fresco para aquellos técnicos que se dedican al mundo de la construcción, que si gracias a las certificaciones muchos nuevos estudiantes recién salidos del horno de la universidad podrán empezar con su carrera profesional, etc.
Lo cierto es que a día de hoy, parece ser que las tan ansiadas certificaciones energéticas se han convertido en la presa perfecta de todo tipo de técnicos. Me refiero en este caso a las certificaciones energéticas emitidas a cambio de un precio simbólico, certificaciones a la baja que mucha gente no entiende o no comprende. Se trata de certificaciones que resultan mas baratas que cambiar el aceite del coche. Certificaciones que te salen más baratas que llenar el carro con la compra semanal en el Mercadona.
Pero cuidado, que no es oro todo lo que reluce. Como puede ser que haya certificaciones por 150€+IVA y otras certificaciones que por 50 o 60 euros las tienes?
En primer lugar hay que entender en qué consiste la certificación y qué trabajos requiere.
La certificación consiste en el análisis de una vivienda, edificio terciario, etc. para evaluar los costos energéticos equivalentes en emisiones de CO2. Esto se hace analizando las emisiones de las instalaciones (una caldera antigua consume más que una actual) y, además, analizando constructivamente el edificio para ver cuales son las pérdidas en climatización (mal aislamiento, ausencia de éste, situación respecto a los puntos cardinales, aberturas en fachadas, etc.) que repercuten en un aumento de las instalaciones de climatización para conseguir lo que consideramos un confort (ni calor en verano ni frío en invierno). Esto es a grosso modo para entendernos.
El análisis consiste en una medición del edificio, análisis de los materiales y técnicas constructivas, análisis del entorno para determinar las sombras que puedan incidir sobre el edificio, tipos de instalaciones, consumos de éstas, etc.
A partir de entonces hay que llevar a cabo una serie de cálculos en despacho para determinar el equivalente en emisiones de CO2. Esto se hace, habitualmente mediante un programa de cálculo. En dicho programa de cálculo se introducen superficies, las medidas que se han tomado durante la inspección del edificio, el tipo de cerramientos, materiales, tipologia constructiva, incluso pueden estipularse grosores y transmitancias térmicas. Dichos programas de cálculo tienen, en el caso que sea imposible determinar algún dato como interiores de muros, tipo de aislante, calderas, etc. valores por defecto, valores que hay que usar sólo como último recurso para el cálculo puesto que dichos valores están inflados y por lo tanto contribuyen a obtener un valor de emisiones mayor (más cerca del valor G).
Una certificación bien hecha conlleva horas de trabajo, de análisis y evaluación de datos.
Así pues, después de entender en qué consiste y que pasos se siguen, a grosso modo, para la elaboración de una certificación energética, no es extraño entender porqué existen certificaciones tan económicas y otras tan caras. Mi parte inocente quiere que piense que se trata todo de libre mercado, que se trata de bajar costes, etc. Pero mi parte técnica me dice que quizás se debe a que no se emplean ni la mitad de horas en una certificación barata que en otra más cara, pero mejor hecha. Me dice que, posiblemente, hay un predominio del uso de los valores por defecto que desvirtúan el valor real de las emisiones del edificio.
Ahora mas de uno pensará... que más da un valor de letra mas alto o más bajo? que me hagan la certificación para salir del paso y listos... Cuidado! Con la emisión del certificado, se emiten también propuestas para mejorar el edificio y que este sea más eficiente energéticamente hablando. Por tanto, una mala certificación conllevará que se hagan unas propuestas de mejora que quizás el edificio no necesita o quizás no de la misma envergadura. Y estas propuestas, a largo o corto plazo, habrá que llevarlas a cabo mediante una serie de reformas en el edificio. Y para entonces una de dos: o repetimos la certificación, esta vez bien hecha, o acometemos obras que tal vez no fuesen necesarias.
Lo dicho, pueden resultar ser "Pan para hoy, hambre para mañana".
Es injusto, pero como se han hecho las cosas, es lo que hay.
ResponderEliminarNo creo que sea "Pan para hoy, hambre para mañana".
El problema es el desconocimiento. Mucha gente ni sabe que existe esta calificación ni la valora.
Por un lado, los particulares que compran o alquilan ni sabe que esta certificación existe, y si lo saben seguramente desconocen que ahorro o gasto supone el valor de una certificación.
En consecuencia, el que vende o el que alquila se encuentra con la obligación de tener esta certificación bajo amenaza de sanción económica y en cambio que nadie se la pide, y si la muestra tampoco le dan importancia... es decir, no tiene valor comercial y "en la calle" no queda justificado ni de costar 20€ la certificación.
Desde el punto de vista de un arrendador, quien por ejemplo tiene 10 pisos por alquilar a 350 ó 400€ (se trate de un inmueble de 1905 ó del 2007), y que no hay manera de alquilar la mitad de ellos.... ahora toca pagar 1.500€ por que lo dice la ley, y te aseguro que no va a justificar que el piso del 2007 con la mejor calificación se pueda alquilar más caro que el del 1905
Esperemos que dentro de 10 ó 15 años si se aprecie la calificación energética, pero mientras tanto.... su valor es escaso, y por eso, quien pague 150€ lo hará por no tener alternativa o porque le han vendido una buena película que, como digo, no estará en cartelera hasta la próxima década.
A ver, las certificaciones entraron en vigor el pasado día 1 de junio de este año. Que pasa ahora mismo? Es cierto que hay un poco de desconcierto. En el caso de Cataluña por ejemplo, el responsable es el ICAEN, quien debe establecer inspecciones para asegurarse de que las certificaciones emitidas se adaptan a la realidad y evitar posibles fraudes: certificaciones de una mejor letra de la que, técnicamente, le pertenece a un edificio.
ResponderEliminarQuiero decir también que esta todo un poco convulso pero que, a corto, a medio o a largo plazo, tocará pasar por el aro en cuanto a hacer las certificaciones y que siempre es mejor hacer una certificación correcta que no una hecha "deprisa y corriendo". Por eso decía lo de hambre para hoy y pan para mañana, porque puede ser que cuando haya que afrontar reformas para mejorar un edificio (no olvidemos que existe la obligatoriedad de expedir unas propuestas para mejorar el edificio)mejor será que se adapte a la realidad.
También te doy la razón en que ahora mismo está todo un poco patas arriba y que nadie sabe a ciencia cierta quien o quienes se preocuparán porque una vivienda tenga la certificación.
Saludos!